De perros mojados, portafolios gigantes y otras delicadezas

And I thank you
For bringing me here
For showing me home
For singing these tears
Finally I've foundThat I... belong here...

La semana laboral empezó temprano y olvidando el tan ansiado puente de una fiesta nacional que nadie celebra pero que rigurosamente permite a la gente dejar de ir a trabajar. Para nosotros no hubo tal, el hermano serio y uraño del agente Moulder y sus cuatro secuaces llegaron de visita a México con uno de mis clientes y fue necesario pasearlos por la ciudad. Extrañamos al Diagonal, a Laura, a las IZS’s, al club NOSOTROS, a los pumas en la liguilla (sic), y a López Obrador en el primer lugar de las encuestas (Calderón: hip hip hurra!!!!).

El viernes recibí una cordial invitación por parte de E. para asistir al concierto de Depechmode, no hubiera aceptado de no ser por “Champañita the Amazing Bouncig Girl” quien aceptó ser mi Virgilio en aquel ochentero y rockero mundo.

Fue mi primera vez…en el foro Sol…me refiero a mi primer concierto, nunca me había rodeado de “sesenta mil almas” como diría el perro Bermúdez que enloquecieron ante la visión de David y sus canchanchañes. El escenario austero, mas bien pinchón, la cerveza extragrande, el ambiente fenomenal, algunos vecinos se la pasaban fumando (lease indistintamente sin coma o con coma: se la pasaban, fumando) y emitiendo un humito que tan solo de estar atrás de ellos ya te ganaba la risa. Varios números fueron coreados por mí, mientras Kampanita “Patroclo” Poulín me iba dirigiendo y mostrando los ángulos que solo un fan de muchos años puede encontrar en tales grupos: me encantó, es más, ya compré el disco. Gotas de agua, rápido busco a los siempre afables vendedores de “capitas, llevelallevela…”, negociación diligente, acordamos el precio, ¿alguna vez han pagado 25 pesos por un metro de plástico tan delgado que transparenta y que seguro ni para bolsa de basura serviría?, “el precio de oportunidad” si existe… y los negocios con margen de 900 puntos también. En cuanto me enfundé en mi azul cubierta desaparecieron las nubes, demit!!!. Bastó que el concierto empezara a llegar a su fin para que regresara una lluvia “ligera”, que solo sirvió par poner a la concurrencia en ambiente, I Just Can’t Get Enough y Don’t let my down, la gente empapada pero sin moverse, energía, luces y aguacero mayúsculo… carrera al coche, traslado por una ruta panorámica, no es que nos hayamos perdido…en el interior de la camioneta seis empapadas almas relataban las emociones y recordaban felices las hazañas de la noche…”huele como a perro mojado” se me ocurrió decir, carcajadas del sector masculino, silencio de las feminas, seriedad, “no me toques”, coraje, “haste pa’ ya si olemos tan feo” (creo que a E. lo castigaron un mes a pan y agua), el resto de la noche se resume en unos tacos del charco (pero de las ranas) y llegada a la casa a las dos de la mañana, “M., trae llaves?”, “No señor, las trae V.”, “No, yo dejé el control en la otra camioneta, la que se quedó estacionada en el JW”… rápida travesía al hotel, carrerita en el desolado estacionamiento, ya tengo el control, proa a Cuajimalpa, llegada, yo venía medio dormido en el asiento de atrás pero cuando empecé a oir a M. reírse presentí que no era nada bueno. “..este es el control que no tiene pila M…” llamadas indecentes a las tres de la mañana, finalmente pudimos localizar unas llaves e ingresar a mi domicilio, cita a las ocho de la mañana para ir a revisar unas rutas, regreso por la noche… pocas horas para descansar, domingo, otro día de trabajo intenso, y así siguió hasta ayer sábado, cuando el portafolios de King Kong y yo tomamos un avión a Miami, ya les relataré…