lunes, marzo 20, 2006

El Club NOSOTROS

Largas, arduas, extenuantes e intensas fueron las sesiones pre-operativas, muchos desistieron, y algunos otros perecieron en el intento, sin embargo el tesón de otros rindió su fruto.

En algún momento parecía que todo acabaría cual asamblea extraordinaria del Partido Social Demócrata, pero nos sobrepusimos. Para el sábado en la madrugada, se sentaron las primeras bases del ahora bienamado club de Noctambulos, Solteros, Trasnochadores, Ocasionalmente Sobrios, y Anónimamente Canijos. (Club NOSOTROS AC).

Dentro de sus primeras actividades ya figuran la Asamblea Nacional, que tendrá lugar en el marco de los festejos del SPRING BREAK 2006 en las playas de Cancún Quintana Roo del jueves 30 de marzo al domingo 02 de Abril, así como la incursión en el concurso “Cantando por un Pomo” esta misma semana. Todas las ganancias que se obtengan se destinarán a la FUNDACIÓN NOSOTROS AC, benemérita institución dedicada a apartar a las mujeres del mal (yo ya aparté dos para el sábado).

Todo comenzó el jueves en terrible chiscón émulo de cierta isla pacífica de australes latitudes. La historia, francamente olvidable, solo merece el espacio en este foro por un pequeño, ni tan pequeño, incidente.

B. socio tan honorable como el que más y cuyo nombre me reservo para proteger su verdadera identidad, tiene la sana y distinguida costumbre de ordenar sus bebidas a partir de ese espíritu de uva que tanto bien ha causado a la madre patria y del que se dice, el famosísimo Don Pedro hizo tan buena provisión que hasta nuestros días perdura; me refiero por supuesto al Brandy, específicamente de la marca Terry. Es necesario precisar que el precio de mercado de tan preciosa bebida oscila normalmente en el tenor de los 100 pesos, centavos mas centavos menos según la decoración y el portento del lugar. El fámulo de referencia, Bernardo, había degustado ya tres de las libaciones aquí descritas, cuando fue momento de saldar cuentas. Cual no sería la sorpresa de vernos violentados con infame cobro. Más del doble de la habitual tarifa impusieron los ganapanes de dicho tugurio. Una botella completa se podía haber adquirido con el precio pretendido por cada trago, (mas quince por ciento de servicio mas impuestos). Veloz y tajante fue el reclamo, tranquila y pausada la sonrisa del Gorila de doscientos kilos con cicatrices harto sospechosas que llegó en tono por demás conciliatorio a finiquitar la disputa. Sobra decirlo; pagamos en efectivo e inmediatamente además de añadir una considerable propina. El lugar ha quedado marcado permanentemente como sitio indeseable para los socios del club.

El día de mañana terminaré el relato, por hoy solo queda invitarlos nuevamente a que se unan a nuestro selecto grupo. NOSOTROS AC.

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