viernes, abril 21, 2006

De la Semana no tan Santa…II: EL HIDROPOMO


Cuando uno llega a las cuatro y media de la mañana a su casa no tiene idea por quien votar, ni sabe cual es el candidato preferido y mucho, mucho menos ha escuchado hablar de un tumefacto Alberto Cinta, candidato del partido Nueva Alianza al gobierno de la capital, y a quien parecen haber retratado sin previo aviso y justo en el momento de darle la mordida a un pambazo y luego por arte del Photoshop le eliminaron la garnacha; pues bien, dos horas y media después dicha aseveración conserva su validez. Este es una pregunta para “la agencia especializada en estudios de opinión”: ¿Con que porcentaje va ganando el “Vaya a usted a tiznar a su mater, son las siete de la mañana en sábado” como la intención de voto?.

Para todos aquellos que tenemos la suerte de ya no podernos dormir una vez que nos levantaron y que carecemos de Sky o Cablevisión, Televisa diseñó la tortura máxima: un programa conducido por el tarugísimo Latin Lover y la babosísima Maribel Guardia. Vamos por lo menos les hubieran enseñado el uso del apuntador, se la pasan viendo hacia el techo y haciendo muecas por que no escuchan y por si fuera poco a mitad de una entrevista en la que parecía que los conductores estaban jugando a los encantados o marica el que hable, al luchador se le salió decir: “a ver pregunta algo con un demonio…”. La risa en el foro fue tan estrepitosa que como cada vez que no sabe que hacer, el pobre hombre se paró a dar una vueltecita bailada, la risa se convierte en conmiseración por el individuo; no tarda que algún día salga sin su manager y lo veamos aparecer en las capsulas de XHGC al servicio de la comunidad con la profunda voz de Melquíades Morales diciendo: ...debido a las múltiples caídas mientras fué luchador padece de sus facultades mentales. (De esas cápsulas queda en mi memoria un tesoro: Foto de un pobre individuo de la tercera edad, tuerto, con cara de desmemoriado, chimuelo, sombrero de paja y la narración que dice: La persona que ve usted en sus pantallas no tiene pierna ni brazo izquierdo, tuerto de nacimiento padece de sus facultades mentales, salió de su domicilio hace seis días y urge encontrarlo pues sufre desde hace cuarenta años de diabetes e insuficiencia renal y requiere diálisis e inyecciones diarias, responde al nombre de Fortunato.)

Expedición al sur de la ciudad, comida en el Fisher’s de la del Valle, cita en el hipódromo de las Americas… en el Royal Casino Club o como se llame. Desfalco terrible, L. con una facilidad nata pudo perder las cuantiosas ganancias de tres horas (sic) en menos de seis minutos (puede que exagere, han de haber sido entre siete y ocho). “Esto de las maquinitas no es lo mío, yo necesito algo de estrategia…” pensé, y convencí a la concurrencia de subir a las gradas a ver, y a apostar, las últimas tres carreras. Mi condición de apostador empedernido y de altos vuelos resurgió: Diez pesos al Uno A, y otros diez al Uno A, cinco y siete con exacta-trifecta-candado en uno o dos- dije con mucha seguridad al estupefacto expedidor de boletos seguro de apantallarlo. –chale joven, con toda esas combinaciones si gana le tocan como cuarenta centavos. – Ahhh no, entonces pongale diez pesos mas. Si he de ser sincero, mi intención era aparentar un gran conocimiento frente a mis guapísimas acompañantes .

Arranca la carrera y salen los diez caballos, bueno nueve, pues el cinco se rehusó a moverse del arrancadero, una curva después el siete se tiro del tobillo y perdió los seis cuerpos de ventaja que yo le había pronosticado acertadamente, me quedaba el caballo 1A, de quien no esperaba yo mucho pero la pura excentricidad barroca de ser el que ya no alcanzó numero regular me habían hecho apostarle, entrando a la última curva y el 1A peleando la delantera, van nariz con nariz , el público enloquece, se levanta, se acercan a la recta final, gritos, peleando fuertemente nueve, uno a, seis, le sigue el tres, ocho, cuatro y muy, muy atrás al trote el número siete, la meta a la vista, el uno A ya pasó al seis, gritos desaforados, improperios proferidos por las guapas que logran sonrojar a mas de dos asistentes, tensión, llegada de alarido… “foto fínis” grita un individuo al tiempo que me salpica de cerveza, está entre el “Uno A y el seis”, añade, nuevamente el anunciador cobra vida y dice “por una nariz gana el númerooooooooo….. Uno A” júbilo y alegría inmensa, ya haciendo cuentas mi boleto valía como 174 pesos por haberle jugado directo al Uno A pues los expertos lo pronosticaban llegando casi, casi al día siguiente. “Mesero yo invito una ronda traigala en lo que voy a cobrar” nuevo anuncio con voz prestada del Yak “señores les pedimos amablemente que conserven sus boletos pues los oficiales están revisando la carrera”… segundos de tensión… “señoras y señores el caballo número uno A, Fair Play, ha sido descalificado por ponerle un patín al número siete, Dirty Devil y causar que se lesionara, los resultados por lo tanto quedan de la siguiente manera (murmullo intrascendente)…”, “aquí están sus chelas joven, son ciento cincuenta pesos….”

Cabizbajo pero no derrotado propongo retirarnos del lugar, “vamos a donde no podamos perder nada”, dije… ¿Como terminamos en casa de L. jugando “never, never”?... no lo sé, pero algunas horas, preguntas, confesiones, cervezas y wiskeys mas tardes todavía iba a continuar mi mala racha; entre chismes, mentadas, y risitas nerviosas resultó que todos mis amigos habían amarrado besito o apapacho con algunas de las amigas que les había recién presentado mientras yo lidiaba con la kilométrica cuenta ya referida en alguna historia anterior, sumemos pues a las ya cuantiosas pérdidas de la noche mi autoestima.

Aquí incluyo el último anuncio del día. Dice el refrán que desafortunado en el juego afortunado en el amor… pues bien:

“Estimada, secreta, incógnita y apasionada mujer: por favor ya dime quien eres, levanta la mano, señala donde estás o hacia donde te encuentro, mándame cartítas, flores, chocolates o algo que me haga pensar que eres real pues hasta ahora el popular dicho es lo único que denota tu existencia (o de plano ya no me quieras tanto que me estás llevando a la ruina)”

Ya pa acabarla… ¿Sabían que de cada cuatro billetes de la lotería nacional uno sale premiado?, bueno, pues el infeliz billetero del Viernes me dio tres sí y uno no del montoncito pues no alcancé ni reintegro.

2 comentarios:

aKyT@ dijo...

jajajajajaja, mitos, falsos mitos, ud. tiene suerte en el amor, pues muchas personas lo quieren ejem ejem *yo lo quiero* y pues de lo demas, que le puedo yo decir, tenga paciencia que ya llegará primero hay de eliminar a los piedras del zapato no crees? saludos

Alonso Cedeño dijo...

yo también la quiero usted, y no anda perdiendo hasta la camisa o sí???... imaginese, le dije a L. " te apuesto a que en la proxima carrera nos recuperamos..." y resultó que esa era la última... ya no hay temor de Dios..